Esto se ha acabado, ¡¡¡ ay qué pena¡¡¡ Las risas de estos días han dado lugar a los abrazos, las lágrimas, los intercambios de mails, messenger y direcciones y las promesas de que esta experiencia nunca se borrará de nuestras memorias .
Han sido unos días de aprendizaje, no sólo de aspectos curriculares, sino también de aprendizaje vital, para muchos de nuestros alumnos estas jornadas en el Delta del Ebro han supuesto su primera salida sin sus padres, su primera estancia lejos de sus familias, pero estamos plenamente seguros que no va ser la última¡¡
Ha habido momentos para todo: para reír, para llorar, para sufrir, para superarse, para aprender, pero sobre todo para compartir.
Cuando hace un año nos conocimos en Madrid y plantamos la primera semilla de este nuestro arbolito, estoy convencida que ninguna de nosotras pensaba que nuestro Arce iba a crecer tanto, que íbamos a disfrutar tanto con este ambicioso proyecto.
Como una de los profesores que participó en esta experiencia sólo tengo que decir que estos días no éramos cuatro colegios, éramos un solo centro trabajando con mucha ilusión, pero sobre todo un grupo unido que comparte unos ideales y que cree que desde este gremio aún tenemos mucho que aportar a la sociedad.
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